Por: Fernando Vallejos
Director de Sensum, consultora política y empresarial.
Los textos de Platón son una fuente bibliográfica, poética y estética, donde el mito toma un sentido amplio para explicar un conocimiento pre-racional. El mito no es, por sí mismo, un discurso verificable, sino un relato del que no se puede dar cuenta y razón (Gual, 2019). Platón de modo original manipula según su perspectiva el uso original del mythos. A diferencia de las tradiciones de su tiempo no veía al mito como un saber acreditado por la experiencia y la argumentación. Era necesario un paso del mito al logos, del relato simbólico, emotivo y de persuasión a la comprobación racional de los hechos.
Omar Rincón y Mario Riorda (2016) al clasificar tipos de poderes afirman que el poder está en la estética, las narrativas y los formatos. Comunicar es conectarse desde los géneros y formatos, es narrar bien. Y para narrar bien hay que huir del lenguaje educativo y la didáctica pedagógica para ganar el relato y las estéticas populares, para ganar los modos como la gente se comunica, goza y expresa. Si se narra en la estética de la gente, se gana el corazón del pueblo, si se evangeliza, se pierde el favor popular. A su vez afirman que hay que desmitificar el poder de los medios y comenzar a creer en que el mito está en el gobierno, es su relato, en su vivencia del poder, y que es ese mito el que se cuenta, legitima, ritualiza y sacraliza. Y que es en la construcción, afirmación y consagración de ese mito donde resulta fundamental la comunicación.
Entonces ¿Qué es el mito? Es un significante que tiene un significado a través de un signo. En las campañas electorales o gestiones de gobiernos toma la forma de relato, único, diferente que abarca a todos, pero todos reciben ese mensaje de manera diferente. Si mito tiene un signo, su traducción es también la ideología, donde encuentra un apoyo de mutua equivalencia, el modo de ver la vida, de interpretarla y de vivirla según un orden social se asocian directamente. El mito político se apropia principalmente de esa ideología asociada al signo a fin de insertar contenido político a su significación. De hecho el mito es formalmente el instrumento más apropiado para la inversión ideológica (Riorda y Ávila, 2016).
Siguiendo esta línea de pensamiento ¿Cómo podemos identificar la construcción del mito político? Riorda y Ávila plantean cinco principios: A) En primer lugar se encuentran los participantes o actores que suelen (deben) ser representados por un héroe, una comunidad o un concepto (Justicia social, con la democracia se come). B) Estos actores se desplazan por, o provienen de lugares, de un viaje, pueblo de procedencia, el lugar donde se lleva la acción (Corrientes somos todos/ haciendo un futuro para Corrientes). C) el tercer principio es el ideal: la ideología inmersa en la narrativa mítica permite establecer por qué el héroe lleva a cabo determinado acto, penetra a la conciencia de la acción. (Hemos tomado la decisión de iniciar la cuarentena, para cuidar la salud de todos los argentinos/ está vez le tocó perder muchachos). D) El cuarto es el lenguaje único, codificado, cargado de significado. (si pue, vótale a Valdés / Make american great again/ I have dream/ hasta la victoria siempre). E) el quinto principio es la historia que nunca termina, un continuo que se reinterpreta o resignifica; sucede en el pasado pero vuelve al presente y se proyecta hacia el futuro.
Continuando con lo expuesto, si el mito es la creación de un relato que nos ayuda a conectar con un grupo o comunidad, el mito de gobierno es la mitologización y materialización de ese relato, es el elemento unificador que simboliza la dirección, la voluntad y la justificación de las políticas (Riorda y Ávila, 2016). Aparece el por qué y cómo de las decisiones, pasamos a acompañar el mito con el logos (razón).
En conclusión, mucha de la teoría en la comunicación política sobre el mito, se concentran solo en estos dos aspectos, pero el verdadero alcance está en lo que el mito político hace durante la gestión de gobierno y como esté persuade a la comunidad, seria, a través del mito de gobierno se puede o debería buscarse que la ideología que relatamos tome lugar en el colectivo social. La sociedad debe adoptar nuestra relato y hacerla propia, es proceso interactivo, con el mito, tomamos características de la sociedad y la transformamos para construir nuestra visión poética, estética y persuasiva de la realidad, como lo hizo Platón en 387 A.C. Con el mito de gobierno buscamos que la mitología construida y relatada se vuelva una cosmovisión. Así creamos un escenario completo, donde héroes y villanos enuncian significantes que movilizan a los distintos grupos o comunidades, evitando siempre la evangelización fundamentalista. Esta es la forma de evitar en el círculo de fracaso de muchos gobiernos.
