Por Fernando Vallejos, Management de Sensum Consultora.
Hace unos años atrás Giovanni Sartori abrió un ciclo de discusiones sobre el futuro de la Ciencia PolÃtica, ¿Hacia dónde va la Ciencia PolÃtica? La respuesta fue una serie de fundamentos que dejaban en evidencia la necesidad de un ajuste en la metodologÃa, y cómo algunas preguntas a temas especÃficos, todavÃa no pueden dar respuestas satisfactorias, aunque sean vagamente aceptadas.
El cuestionamiento de Sartori tuvo sus consecuencias, reconocidos cientistas polÃticos no demoraron en salir a responder con vehemencia a la pregunta que ponÃa en jaque a toda una ciencia. Todos ellos demostraron los avances de ciencia polÃtica en publicaciones cientÃficas (papers), en resumen, avanzó lo suficiente como para dar respuestas concretas a la realidad polÃtica, su objeto de estudio. Si bien Sartori jamás negó ese hecho, más bien intentaba decirnos que en un futuro, no muy lejano, la Ciencia PolÃtica deberÃa estar a la altura de la situación. Por ejemplo lo que vivimos hoy en Argentina, una constante transformación de los partidos polÃticos, el futuro (para nuestra realidad polÃtica) parece ser hoy.
Una de las preguntas de Sartori tenÃan relación directa con el funcionamiento de los partidos polÃticos es las democracias modernas. Él mismo teorizó un sistema de partidos según el criterio numérico, agregando una segunda variable; la ideologÃa, obteniendo como resultado seis categorÃas de sistemas de partidos. Anteriormente habÃa otras concepciones, entre ellas la de Duverger, donde el criterio numérico se privilegiaba por sobre todo, pero comenzó a ser limitada con la aparición y reformas de los Estados modernos, por ejemplo en Argentina, en el año 2004 habÃa 696 partidos inscriptos para competir electoralmente.
Entonces, según Sartori los sistemas de partidos pueden clasificarse en, Sistema de Partido Único; Sistema de Partido Hegemónico, Sistema de Partido Bipartidista, Sistema Multipartidista, Sistema Pluripartidista, por ultimo agregamos un caso particular que es el Argentino al que Sartori denominó Sistema de Partido doblemente predominante.
Hasta el año 2001 está concepción de los sistemas de partidos era aceptada en Argentina, pero la crisis de ese año hizo un jaque al sistema. Los partidos polÃticos pasaron primero por una fragmentación interna, las ideologÃas o corrientes internas que los dividÃa, sirvió para afianzar fuerzas, nuevos lÃderes y movimientos, que vieron la luz gracias a la crisis y quiebre del sistema de partidos durante ese año y los consecuentes.
Considerando ese quiebre del sistema de partidos, debemos preguntarnos primero ¿Qué sistema de partidos rige hoy en Argentina? Y segundo vamos a usar y adaptar una pregunta del propio Sartori ¿Hacia dónde van los partidos polÃticos en Argentina? Para ambas preguntas hay respuestas satisfactorias, La primera es la más fácil, Luego del estallido social, institucional, polÃtico y económico, surge como reemplazo la propuesta de (Panebianco, 1982), el Bicoalicionismo. Debido a esto en la actualidad los partidos tradicionales dependen de su capacidad para hacer alianzas y sobrevivir a los cambios.
Siguiendo con el tema del párrafo anterior, la crisis y quiebre del sistema marco una tendencia a la fragmentación partidaria extrema, y como resultado de esto, podemos ver la aparición de sectores antisistema. El debilitamiento de los partidos tradicionales, su fuerza de concentrar poder, y su capacidad electoral dejaron de funcionar en forma centrÃpeta (hacia el centro, hacia la moderación) como decÃa Sartori, sino a centrifugar, va hacia afuera de estos partidos, dejando de lado la moderación y yendo hacia los extremos, Como por ejemplo Milei, del Caño, y el ex diputado por la provincia de Salta, recordado más por su campera amarilla, Alfredo Olmedo, también debemos incluir algunos sectores del PRO como Patricia Bullrich. Otro ejemplo es el propio Presidente Alberto Fernández, quien en principio se comportó como un dialoguista moderado durante las elecciones presidenciales de 2019 y ahora sólo le habla a su fuerza polÃtica más alejada del centro moderado, La Cámpora.
La segunda pregunta es un poco más compleja, pero intentaremos no alejarnos tanto de nuestra realidad polÃtica. ¿Hacia dónde van los partido polÃticos en Argentina? la pregunta nos da la posibilidad de presentar de manera hipotética varios escenarios; A) A ningún lado, B) mayor fragmentación, C) Abroquelamiento, D) A todos lados, e) unión, F) Renovación. Estos puntos son los que nos pueden ayudar a pensar que dirección puede llegar a tomar los partidos polÃticos dentro del sistema de partidos actual, de las alianzas y/o coaliciones.
Escenario 1 (C+A)
Los partidos polÃticos tenderÃan a, C) Abroquelarse e ir hacia A) que es = a ningún lado.
Escenario 2 (B+D)
Se producirÃa una B) Mayor Fragmentación lo que produce una fuerza centrÃfuga, y por consecuencia ir hacia D) a todos lados. lo que resultarÃa en la aparición de más antisistemas e ideologÃas extremas.
Escenario 3 (F+E)
Que los partidos sufran una especie de, F) Renovación que los lleve a la, E) Unión. Es una postura más clásica y utópica de los partidos.
Escenario 4 (B+A)
Que el sistema sufra una B) Mayor fragmentación y a su vez no tengamos dirección A) a ningún lado.
Escenario 5 (F+C)
Puede que en el sistema de partidos ocurra una F) Renovación y al mismo tiempo C) Abroquelamiento. tendrÃamos más partidos de cuadros.
Escenario 6 (E+D)
El sistema de partidos puede correrse hacia la E) Unión caso haya una reforma de la ley pero al mismo tiempo ir hacia D) a todos lados, lo que nos harÃa un sistema pluripartidista.
Escenario 7 (B+A+C) =P
O podrÃamos seguir en la actual fórmula coalicionista; B+A+C = P (sistema de partidos personalistas) Lo que conlleva a tener un sistema fragmentado que no va a ningún lado y que a su vez se abroquela en las ideologÃas que los componen, basadas en una sola figura, la del lÃder.
Considerando estas variables podemos retomar la pregunta que aparece en el tÃtulo. ¿Qué esperar de ellos? de los partidos polÃticos y del sistema de partidos ya que ambos van de la mano. Como pudimos ver las opciones son múltiples, aunque la realidad siempre se impone condicionando el rumbo actual, la fragmentación partidaria por ideologÃa, dando lugar a los partidos antisistema, tanto de la derecha como de izquierda, un populismo acentuado en ambas partes, centrados en los discursos emotivos y poco racionales que exaltan la figura personalista de sus lÃderes.
En fin, como resultado de la realidad polÃtica obtenemos polÃticas de Estado menos consensuadas y con una mirada cortoplacista. Mientras el sistema de partidos continúe fragmentando a los partidos polÃticos, volviéndolos codependientes uno de los otros para mantener una mayorÃa o una primera minorÃa, seguiremos siendo testigos de fenómenos polÃticos atÃpicos y apoteóticos.